miércoles, 28 de octubre de 2009

Día 45: Sin Moros y sin Costa.

Hoy tengo un día de perros y realmente no tengo muchas ganas de escribir.
No porque no tenga que decir, mas bien me sobran las palabras, pero siento que si comienzo a hablar voy a terminar diciendo mas de lo que debería, así que prefiero optar por no ahondar en el tema, o al menos, no entrar en detalles.
Me da mucha bronca la injusticia, la ingratitud, y que se valore tan poco a las personas.
Odio el cinismo de decir "ah viste? A mi me parecía que era así" o "Me parece que no es como decis". Que acaso hay una respuesta absoluta a todo? Odio sentir impotencia, tener a veces ganas de reaccionar cuando debo quedarme callada. Pero a veces las situaciones me superan. Y termino desproticando.
A ver, no es que no acepte que me digan como deben ser las cosas, me molesta que me digan que hay una sola manera de hacerlas, y que nunca es la manera que yo pienso. Estoy exagerando un poco, pero bueno, como ya dije antes, dejemos este tema por hoy.
Otra cosa que me tiene molesta es el hecho de que tenga tan poca gente cerca, pero cerca de verdad, antes solía ponerme mal por estas cosas, luego pasé a la etapa de entenderlo, de comprender a la gente, y por último la etapa de resignación. Creo que es lo peor que te puede pasar.
Si pienso objetivamente digo: A ver, tan insoportable puedo ser? Tan difícil puede ser mi carácter? Tan ocupada está la gente para cerciorarse de que alguien pide su atención?
Intenté ser buena, intenté ser amable, interesarme en las cosas, proponer, acercarme, pero todo el mundo parece estar demasiado ocupado como para sentarse un minuto y preguntarme con sinceridad "¿Como estás?". Pero no lo que se dice generalmente al saludar, porque claro, una está practicamente obligada a decir "bien", porque es el estereotipo de la sociedad, o, porque quizá, como vi hace poco en una propaganda "La gente no está preparada para otra respuesta". Como sea, creo que en general (me incluyo) vivimos demasiado acelerados para pensar en el otro, pero tenemos el tiempo suficiente para pensar siempre en lo mas conveniente para cada uno.
Debo confesar que hoy me siento un poco desanimada, o decepcionada, nosé. Quisiera tener una persona para poder contarle las cosas que me pasan, alguien que lo vea de afuera, pero nadie tiene el tiempo suficiente para escucharme.
Quizá pido mucho, pero porque siempre tengo que entender las razones, "estoy trabajando", "ahora justo tengo que salir", "despues hablamos, estoy muy apurado/a", "el tiempo libre la paso con mi novio", "algun dia nos juntamos", o "tengo que atender a mi flia" o muchas cosas mas.
Son razones válidas, lo sé, y peco de desconsiderada si no las entiendo tampoco.

Quisiera por una vez no sentir que tengo que salir a buscar a un amigo, o amiga, para rogarle unos minutos de su atención, o darle mensajes indirectos para que se de cuenta de que necesito su atención. Creo que si no estuviera por unos días o semanas, nada cambiaría, o al menos, nadie notaría que no estoy y me intentaría contactar. Porque si hasta ahora estando presente no lo hacen, que me puede hacer pensar que lo harán si no estoy?

Perdonen, estoy un poquito dolida nada mas. Mañana mis humos van a disiparse, y voy a ver las cosas de otra manera.

AprilSun.


domingo, 25 de octubre de 2009

Día 44: 1,75 Por Favor

Hace cuanto que no escribía! Si suelen seguir mi blog, se darán cuenta que hay unas cuantas entradas eliminadas. Es que decidí, en primer lugar, hacer público mi blog, y hacerlo público implica que hay cosas que dejarán de ser privadas, y eso conlleva, que las cosas privadas ya no serán expuestas mas de lo que quiera. Y en segundo lugar, creo que las cosas se pueden llevar de otra manera, de la manera mas simple, no siempre hay que darle tantas vueltas a las cosas para darnos cuenta lo que verdaderamente lo que queremos.


Cada mañana me levanto, con el objetivo de alcanzar (varias de esas veces sin éxito) el bendito 74.
Como todos los colectivos, es totalmente impredecible, no solo por sus horarios, en los que cualquier día común podés tomarlo tanto a las 7.50 como las 8.20, viniendo a la hora que se le plazca. Lo verdaderamente estresante es lo que se vive ahí dentro.
Cuando con suerte suelo tomarlo con tiempo, y con muchísima suerte logro sentarme, se que, pronto en cualquier esquina puedo encontrar alguna embarazada o "señora" que siempre se siente muy "grande" para permanecer parada durante 30 min. Ok, entiendo que las cosas deben ser así, pero no puedo evitar que a veces me moleste cederle el asiento a alguien que se que puede estar parada perfectamente bien.
Que decir cuando el colectivo está lleno! (El 98% de las veces), subir es el objetivo de cada día. No importa el lugar, si estás entre el caño y la máquina de boletos, si quedaste justo junto a la puerta de adelante y la puerta te apretó el bolso, estas son las máximas, y cosas que se dan, a mi parecer en cada viaje hacia el trabajo:

- Por lo menos una vez a la semana, cada vez que llegas a la esquina el colectivo pasará mientras te agarrás la cabeza pensando "si no me hubiera quedado haciendo tal cual cosa lo hubiera alcanzado!"
- Si ya estás en la parada y pasa uno tan lleno que no puede pararte, los que se encuentran adelante te mirarán con cara de "Ja! Zoquete".
-Los que quedan abajo, realizan una suerte de morisquetas con insultos irreproducibles a esas horas de la mañana. Aparentemente, su único consuelo para pasar el mal trago.
-Siempre existe la señora que, al ver el colectivo repleto y ve que no le pueden abrir, golpea con la moneda la puerta y te dice "Pero te queda lugar!". "Queda lugar", a los ojos de cualquier pasajero que se encuentre debajo, siempre existirá un mínimo lugar donde pueda caber. A los ojos de los que estamos arriba, lo vemos como una tortura mas, donde con cada nuevo pasajero tus órganos se unen hasta ser uno, con el único objetivo de "Resistir hasta bajar". Con respirar, basta y sobra.
-Ay los olores! Creo q es lo más incómodo del viaje. El típico olor a "Salchichón" nunca falta. No se de donde proviene exactamente, algunas teorías dicen que proviene de algún fumador, otras, que son solo personas que no se lavan los dientes antes de salir. Como sea, es asqueroso! Cada mañana trato de esquivarlos, mirando hacia el lado contrario, pero si bosteza, no podrás evitarlo.
-Nunca, pero nunca te acomodes al lado de la máquina expendedora, parece un lugar cómodo, si, pero será tu perdición. Te pasarás todo el viaje sacándole los boletos a todos los que suban, y siempre te faltarán 10 centavos para el peso, como dice el refrán.
-Tampoco te acerques tanto al vidrio de adelante! No pasarán mas de 10 segundos, hasta que el chofer te diga "Correte que no veo el espejo", y una y otra vez en lo que dure tu viaje te pasarás haciendo equilibro hacia el lado contrario, en una situación mas que incómoda.
-Si estás pegado a la puerta de adelante, porque tuviste la suerte de subir, pero no la suficiente suerte para encontrar un buen lugar, tendrás que bajarte una y otra vez, para que el pasajero que adelante pueda pasar. Y ahí se produce toda una movilización de gente, en el que se vuelven a generar los roles dichos mas arriba.

En mi caso particular, ya voy encontrando técnicas para escabullirme y encontrar el mejor lugar de colectivo, aunque, donde estés siempre tengas alguna desventaja...a menos que estés sentado en el fondo! Ese si que es un buen lugar, aunque para lograrlo tendrás que tomarlo al inicio de viaje...o memorizarte las caras de las personas que suelen bajarse en determinados lugares.
Esa es mi técnica particular, sé donde se baja cada uno, y lucho para pararme al lado, a la espera de descansar solo un poco antes de empezar el día.

He pasado tantas horas en viaje, que creo que ya es mi segunda casa, donde no soy mas que parte del dicho popular "Viajamos como ganado".

A tocar el timbre, y a bajar, que por hoy, ya llegué a mi destino.

AprilSun.