lunes, 27 de febrero de 2012

Día 81: X-Files en el Área 52

Mi papa siempre decía que vivo volando...
Será por eso que siempre me gustó mirar hacia arriba buscando cosas raras en el cielo.
Y buscando una vez me pegué uno de los sustos de mi vida.

Hará unos 15 años, estaba con mi hermana en la casa de mi abuela, esa noche nos habíamos quedado solas. En esos momentos no había internet, ni sms, así que tenías que decidirte entre los 3 canales de aire: uno que pasaba películas para mi abuela, otro de cumbia, y el último, que finalizaba su programación a las 12 con el Padre Chesqui.
Quizá abrumada por tanta información (?) es que mi hermana decidió salir al patio...
No tardó mucho en volver...
Su cara estaba pálida, parecía que había visto un fantasma...o quizá había sido algo peor...algo que no podía explicar.
Entra, y con pocas palabras me dice que afuera en el cielo...había algo raro, algo grande, que se movía de un lado hacia otro y que no sabía que era, que no tratara de salir, porque no sabía si era bueno o no.
A los pocos segundos ya estaba en el patio, y a las milésimas siguientes ya estaba de vuelta adentro, mas pálida que cuando voy a sacarme sangre.
Cerramos la puerta del patio, le pusimos las trabas, y nos quedamos sentadas en el sillón pensando que era lo mejor que podíamos hacer.
Si salíamos a preguntarle a los vecinos quizá esa cosa extraña podría absorbernos, o aniquilarnos, entre las opciones mas pacíficas que se cruzaban por nuestras mentes.
Prendimos la radio, buscando alguna noticia al respecto. Si los extraterrestres nos estaban invadiendo, ya el barrio tenía que saberlo. Pero nada, nada nos aclaraba que estaba pasando.
Ya era tarde, y esa cosa seguramente seguía ahí. No íbamos a sacarnos la duda, era demasiado arriesgado, así que nos fuimos a intentar dormir.

Al día siguiente, nos enteramos que el club que teníamos cerca de casa estaba incorporando nueva tecnología y estaban haciendo juegos de luces en el cielo, juegos que justo justo, daban la vista perfecta desde el patio de mi casa.

...

En estos tiempos de "realtime", a veces perdemos la capacidad de sorprendernos. Basta con buscar las últimas noticias en internet para quitarnos el asombro, o lograr que el asombro cada vez sea mas pasajero.
A veces me pregunto si la conexión inanimada, no nos va robando de a poquito la conexión que tanto nos anima, para convertirnos en una memorias Ram con patas, rápidas, pero volátiles y pasajeras...

Y todavía sigo mirando hacia arriba, para no encontrar todas las respuestas, para crearme ilusiones, y para permitirle a mi imaginación asombrarse con lo que aún no se.

AprilSun.


domingo, 26 de febrero de 2012

Dia 80: Adolescencia del segundo cuarto

En unos días voy a empezar a contar de a 3 decenas y eso a veces hace que me bajonee un poco.
Sera porque cuando alguien llega a estas épocas empieza a sentirse un poco grande para hacer ciertas cosas, y ya si bien no sos pequeña para otras, aun no estas preparada para hacerlas.

Como una segunda adolescencia, aunque sin los padres cerca para que te digan lo que te conviene y lo que no, y sin la excusa perfecta de que estas creciendo. Con algunos kilos mas que a los 15, y con mayor cantidad de responsabilidades reales, ya no hay un hermano a  mano a quien echarle la culpa...
A algunos los encuentra siendo padres, eso es bueno, te ahorra la capciosa pregunta de para cuando pensar serlo, que combinada con la pregunta del casorio, forman un combo casi explosivo.

Y quizá la parte mas difícil de todo, es el sentir que estas creciendo, y no querer sentirte arrastrada por la vorágine de los estereotipos de la sociedad. "Hay que cuidar las formas" dicen por ahí, y de a poquito nos vamos moldeando hasta entrar en el traje perfecto que nos cabe a todos: El de ser predeciblemente normal.
Usamos términos que nos quedan bien, nos interesamos por aquello que nos conviene, nos fijamos en la agenda mental cuantas cosas tenemos que hacer, y las repasamos día a día, como si acaso tuviéramos mayor estatus por saber o tener mas que los demás.
Nos sentimos inmersos en la competencia, la comparación, la seriedad, y la envidia, nos complicamos en cosas que ni tienen sentido, y nos preocupamos por las cosas antes de que estas sean un problema. Y eso nos va quitando de poquito aquello que nacimos siendo, aquello que queríamos ser, y dejamos de lado solo por hacer lo que mas nos conviene.

Porque soy una luchadora incansable de aquello que por simple, sale fuera de lo común, pero sin caer en la monotonía, ni en la rutina. No hay peor enfermedad que sentir que todos los días se vuelven iguales, y sentir que no se pueden cambiar.
Y es que prefiero ser así, aunque a veces me cuesten algunos días tristes, prefiero despertarme sin pensar en lo que me deparará el día, que pensar en cuantas cosas tengo hacer.
Prefiero no pensar en los días, en las horas, en los meses, en los años, aunque ellos me hagan saber una vez por año que están ahí.

Aun elijo emocionarme con aquellos que hacen lo que ya nadie hace, con aquellos que nadan contra la corriente, porque nadar con ellos, me hace cada día mas fuerte.

AprilSun,