sábado, 21 de mayo de 2011

Día 66: A creer, que se acaba el mundo.

Porqué aquellas cosas que no se pueden explicar suelen generar ese desconcierto que lleva a las personas a sentir temor?
Y en eso están basadas muchas de nuestras creencias. Creemos, que por mera descendencia de hábitos, mañas,  supersticiones, cábalas, o cualquier otra cosa, hay cosas que no se pueden plantear.
Y cuantos de nosotros nos sabemos inmersos en tantos discursos innecesarios? En que, si hacés esto, te pasa lo otro, y si no lo hacés te puede pasar esto, y cosas por el estilo.
En contra de mi ascendencia voy a desafiar a la superstición. Y no es que tenga unos guantes de box y una buena preparación para hacerle frente, simplemente que soy una buscadora incansable de respuestas que vive preguntándose porque pasan o se hacen las cosas.

Voy a contarles algo.
Espero que no esté tan amnésica y no lo haya contado.

Recuerdo que cuando era chica, alrededor de los 8 o 9 años, mi papá solía llevarnos hasta el videoclub que estaba a dos cuadras de mi casa, para que cada uno nosotros (mi papá, mis hermanos y yo) elijamos las películas que queríamos en el fin de semana.
La idea era emocionante, recorrer cada uno de los pasillos del videoclub, y elegir la película que quisiera!
Claro...que el videoclub tenía nada mas que dos pasillos, y las películas que yo podía mirar se encontraban debajo, en un rinconcito de uno de esos pasillos. Como sea, siempre había alguna película para ver, o rever.
Si levantaba la vista, podía ver otros géneros, que no importaban, pero en los que ahondaban con gusto especialmente mi papá y mi hermano.
La cuestión es que, acabada la visita al videoclub, cada uno volvía bajo el brazo con la película que había seleccionado.
La función había comenzado, todos a sus puestos. Primero mi película, había que sacarlas de encima. No me pregunten porqué, pero yo me quedaba a presenciar las funciones de los demás...que constaban de películas como "El holocausto Caníbal", "El loco de la moto sierra" entre otras.
El sufrimiento, el dolor y el miedo, eran adjetivos comunes a todas estas películas. Contrarios a los valores de mis películas, donde todo era alegría, canciones y finales felices. Ambos recuerdos igualmente imborrables.
Es raro, porque a pesar de todo, y de mi corta edad, yo podía presenciar esas películas sin ningún problema. Aunque no sabía que esas imágenes iban a dejar recuerdos perdurables a la hora de dormir. Al poco tiempo ya no podía hacerlo, o si lo hacía eran pesadillas, y temía que al apagar la luz vendría alguien y me hiciera daño, y creía que esa gente tan  malvada podría existir a unos pasos de mi habitación. Poco tiempo después, todo se había ido, incluidas mis ganas de volver a ver películas de terror, cosa que no he vuelto a hacer hasta  hoy.

Esto es un claro ejemplo de que podemos ser sugestionados casi por cualquier cosa, y que muchas veces nos vemos inmersos en una maraña de palabras como, no me pases la sal en la mano, no pases por abajo de la escalera, no mires un gato negro, no rompas un espejo, no, no, no...
Cuantas cosas nos han impuesto? Cuantas gente sigue a referentes que suelen aprovecharse de su ingenuidad para inculcarles ideas basadas en la nada misma? Cuantas veces mas vamos a darle mas atención de la que se merece a eventos tan pintorescos como la múltiple destrucción del mundo?

Es tan gracioso...! Mientras cada año salen películas catastróficas sobre 20.000 maneras de destruir el mundo, a la par tenemos nuevas teorías acerca de cuando llegará el fin. Tan entusiasmados están con la idea? Tantas ganas tenemos de que la ciencia ficción que nos muestra Hollywood se haga realidad?
Parece que si!!

Por hoy no mas declaraciones de esta Presidenta de su Blogger. Ampliaremos.

AprilSun

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