martes, 24 de mayo de 2011

Día 68: Miss Empatía

No siento las manos. Afuera llueve, y tengo una estufa que solo tira calor si ponés las manos perpendicularmente adonde sale. De otra manera, hace frío. Y después de haber esperado el colectivo durante una hora bajo la lluvia...hace mas frío.
Espero por la comida, hoy no cocino. Hoy pedí comida china.
Entre tantos nombres raros chaw, chun, chin, chan, mi vista selecciona lo mas familiar "Spring Rolls" (entre paréntesis aclaraba: "Arrolladitos de carne y pollo")
Espero...
Miro mi pantalón. Tiene un agujero.
Aún recuerdo como hice ese agujero. Estaba caminando hacia la parada del colectivo, muy apurada, con la mirada al frente y paso firme. De repente mi vista comienza a descender, a la par que mi rodilla pega con la vereda. Nadie observa, nadie se ríe, nadie ayuda, una señora de lo lejos me pregunta si estoy bien. Si, eso creo le digo. Mientras intento disimular la cara de sufrimiento ahora ya aparente. Me levanto y sigo, acá no ha pasado nada. Solo estoy a la moda...y ese color rojo, bueno, solo es un tinte.
Vuelvo a mirar la hora.
Son las 22.03. Y mi comida china no llega.
Espero....
Miro hacia el costado. Tengo muchos libros a medio leer, recostados unos sobre los otros mirando hacia el este.
Eso me pasa por ser tan impulsiva, ni siquiera llevan un hilo específico...libros de programación, de historias sobre X-Files, la colección del café de los científicos, muchas revistas de National Geographic, libros de canto, y algunos de esos libros que no se porqué capsu compré. Pero que ahí están. Recostaditos.
Vuelvo a mirar la hora. Ahora son las 22.06.
Espero...............
Afuera llueve.
Tengo hambre.
Espero...
Pienso...que mas puedo escribir para matar el tiempo?
O para...matar el hambre?
O para...engañarlo?
Pero...como engañamos al hambre? Oh! Espero que el hambre no se entere de que voy a comer un bocadito! Ya es tarde, el hambre se da cuenta, de que fue cruelmente engañado y se retira. Y ya no sentimos que está. Ya se fué.
Pero esta vez no hay bocadito con que engañar a mi estómago. Esta vez le seré fiel. Hasta que lleguen mis gloriosos arrolladitos chinos, claro.
Vuelvo a la estufa, mis manos se enfriaron de tanto escribir.
Ya les volví su color natural, puedo proseguir.
Si tuviera unos guantes decentes...me los podría poner.
Pero no, heredé los dedos de ET de mi abuela y mi mamá, y no hay guantes tan mágicos que resistan lo largo de mis dedos. Como sea que fueran, se rompen. Estoy considerando para este invierno el look Michael Jackson. Después de todo, es lo mas barato, les corto las puntas y asunto resuelto.
Son las 22.17.
Espero..........................................................
Vuelvo a mirar a mi alrededor y me doy cuenta que necesito una mascota. Tengo demasiados adornos de animalitos. Aunque no en este momento. Si tuviera un perro en este momento querría comer mis arrolladitos chinos. Así que no.
Recuerdo la primera vez que comí comida china...creo que nunca pasé por tantas emociones, ni mi cara quedó de tantos colores como cuando fui probando los diferentes bocados. El pescado crudo es difícil de digerir, mas siendo tan especial para las comidas (traducción: muy malcriada). Luego ese recuerdo picante...y mis ojos se llenaron de lágrimas. Y bueno, había que probar todo.
Pero esta vez no, esta vez vamos a lo seguro.

Llegaron mis arrolladitos.
Me fuí.

Aprilsun.

2 comentarios:

  1. Jajaj, te recomiendo que empieces por estos arrolladitos!! Arrancar con pescado crudo es heavy... =S

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